A principios del siglo XX, el aumento de la población de la ciudad y el surgimiento de enfermedades y pestes hizo necesaria la construcción de un nuevo cementerio municipal en Rosario. En 1856 se construyó el Cementerio Nuevo, que luego adoptaría su nombre definitivo: La Piedad (1907).
Esta necrópolis fue construida por los primeros inmigrantes europeos que, en su mayoría, estaban vinculados a tareas en el Ferrocarril y actividades de albañilería. Así, erigieron el cementerio más grande de la ciudad, que se destaca por la presencia de simbolismo masónico en sus bóvedas y en uno de sus panteones.
A diferencia de El Salvador, este cementerio es producto de una cultura obrera inmigrante y su valor patrimonial no se halla en lo artístico o arquitectónico, sino que proviene de las historias sobre los apellidos de inmigrantes que trabajaban y vivían en Barrio Belgrano.
Este valor intangible, rescata las memorias de hombres y mujeres, trabajadores de las quintas, albañiles, comerciantes pequeños y medianos, artistas locales de la radio y el teatro. Descansan allí personas reconocidas para la ciudad como Demetria Barcia (primera maestra de barrio belgrano), Vicente Medina (poeta murciano), Leónidas Gambartes (artista) y la famosa Rita la Salvaje, entre otras personalidades.
En La Piedad también funcionó una capilla, donde se hicieron los primeros responsos. Dicho espacio fue fundado por el Padre Pettinari, y estuvo situado en la intersección de Provincias Unidas y 27 de Febrero. Hasta hoy sobrevive su piedra fundacional de color negra y allí descansan los restos de su Padre fundador, junto a una placa y recordatorio.
Las actividades de la puesta en valor del Cementerio El Salvador y La Piedad comenzaron en 2005, motivo por el cual se creó la Coordinación del Área de Recuperación, Valoración y Gestión en Cementerios, según Decreto Nro. 3126 de la Municipalidad de Rosario.
A partir de ese año y hasta la fecha, se realizan actividades e intervenciones artísticas y culturales con el objetivo de rescatar el patrimonio material e inmaterial de la necrópolis.
Las visitas guiadas diurnas se realizan en el Cementerio el Salvador y se componen de visitas regulares y visitas temáticas. Las primeras se realizan periódicamente y se actualizan en función del trabajo de investigación que lleva adelante el equipo de antropólogos del Cementerio (labor que permite descubrir nuevos hallazgos históricos, artísticos y arquitectónicos).
Durante la visita guiada se hace alusión a diferentes acontecimientos históricos que marcaron nuestra ciudad: la peste, la masonería, la construcción de lujosos panteones familiares y la llegada de los distintos tipos de nichos.
Las visitas temáticas se realizan con el objetivo de destacar algún aspecto específico del cementerio o alguna efeméride. A cargo de un especialista en el tema, están destinadas a un público específico: escuelas, instituciones civiles, medios de comunicación, etc.
Entre los temas abordados se destacan los recorridos sobre la cultura masónica, las logias locales a lo largo de la historia, las olas inmigratorias y los y las personajes ilustres de la ciudad.
A cargo de la Secretaría de Cultura de Rosario, El Salvador abre sus puertas en horario nocturno para los visitantes y los invita a reflexionar sobre la trascendencia, la vida y las leyendas y mitos urbanos de Rosario. La oscuridad permite destacar otros aspectos de la cultura, la historia y la filosofía cementerial.
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