Consultá los documentos históricos relativos a los orígenes de la ciudad.

 

Mapas

1720. Mapa del Río de la Plata

Mapa de Desorgeries (1720)

El mapa Rivière de la Plate ou la Plata... que se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia (sita en París) es una de las imágenes más interesantes que tenemos de la época sobre la cual estamos tratando de profundizar.

En el mismo se puede advertir con claridad la importancia decisiva del trazado urbano de Buenos Aires en la organización del conjunto y, en frente suyo, Río de la Plata por medio, el estratégico enclave que los portugueses habían instalado allí en 1680, Colonia del Sacramento –dibujándose con claridad geométrica la figura del fuerte San Gabriel–, objeto de disputas entre las coronas española y portuguesa durante todo el siglo XVIII.

La carta (así se llamaba también a los mapas durante la época, y sigue siendo su nombre técnico) tiene características que están dirigidas fundamentalmente a los navegantes: se señalan con claridad los bancos de arena y las diferentes brazas de profundidad que tiene el río en cada uno de esos sectores. Las dificultades de acceso que presentaba el Río de la Plata y luego las vías que llevaban al Paraná o al Uruguay, eran universalmente reconocidas desde el siglo XVI.

Remontando el Paraná, precisamente, destaca en la esquina superior izquierda de la carta una suerte de martillo invertido, color carmín, representando a la ciudad de Santa Fe. El camino de agua entre la boca del estuario y esta ciudad está signado por la presencia de muchos arroyos –característica que justifica el nombre de nuestra región– y, de Sur a Norte, están identificados por el cartógrafo como: río de las Conchas (hoy Tigre), Río Luján, Río Areco, Resif (río Arrecifes), La Mantagna (río Tala), y –con algunos errores– cita los ríos Trío, Primero, de las Pernigas y Secundo, que no serían otros que los actuales Ramallo, Del Medio, Pavón y Seco.

Lo curioso –y también lo significativo– es que para este cartógrafo francés (que no estuvo en el Río de la Plata, sino que realizó su trabajo basándose en el mapa de Mariscal de Coetglon [1708], quien sí fue destinado a esta posición en 1701), entre el norte del Río Segundo (llamado así erradamente, porque sería el Arroyo Seco) y el sur del Arroyo Lorenzo (hoy arroyo San Lorenzo) se emplazan las “Estancas de Romano ou Romero”, es decir, las Estancias de Romano o Romero, alusión que se lleva bien con la realidad porque era, precisamente, la ubicación de las estancias del capitán Luis Romero de Pineda, quien las había recibido como merced real por el cabildo santafesino en el año 1689.

Como se ve, la historia comienza a hundirse un poco más allá del año 1725...

Para saber más:

Sobre los mapas en general y sobre los franceses en particular, recomendamos consultar las obras de Jean-Marc Besse como Les usages des cartes, entre muchos otros. Les usages des cartes.

En español ha publicado La sombra de las cosas. Paisaje y geografía, también entre muchos otros.

Ficha técnica del documento

Título

Rivière de la Plate ou la Plata... / Par le Sr. Desorgeries,...

Autor

Desorgeries (officier et ingénieur par terre et par mer). Cartographe

Datos de Edición

1720

Relación

https://catalogue.bnf.fr/ark:/12148/cb442672496

Lengua

Francés

Formato    

1 carte : ms. col. ; 50 x 74 cm, sur flle. 53 x...Resto del texto

Formato    

image/jpeg

Formato    

Nombre total de vues : 1

Descripción    

Échelle Espagnolle, 25 [= 13 cm]

Identificador    

ark:/12148/btv1b53100322b

Fuente/signatura    

Bibliothèque nationale de France, département Cartes et plans, GE C-10101

Couverture    

Argentine – Buenos Aires

Couverture    

Argentine – Entre-Rios

Couverture    

Uruguay

Sitio de consulta

Bibliothèque nationale de France

Fecha de puesta en línea

14/09/2015

Propiedad teritorial 1775

Historia de la propiedad territorial en el municipio de Rosario

En 1974 el ingeniero Delfo E. Locatelli recopiló y confeccionó una serie de planos de la ciudad en los que se reconstruye la propiedad territorial en la región.

En ese libro pueden encontrarse no sólo los planos, sino también las referencias documentales para quienes deseen indagar más sobre este tema.


Introducción

El 18 de junio de 1874 el Concejo Deliberante Municipal de la ciudad del Rosario sancionó la ordenanza en virtud de la cual se creaba la Oficina de Catastro como dependencia de la Municipalidad de Rosario. Dentro de poco se cumplirá el centenario de esta repartición, una de las más antiguas que integran el gobierno comunal.

Adelantándonos a tal acontecimiento elaboramos el presente trabajo señalando la primera parte de una exhaustiva información, recogida y clasificada en estos últimos años, relacionada con el proceso de subdivisión de la propiedad territorial en el Municipio de Rosario, desde su origen en 1689 hasta fines del siglo pasado. El análisis de dicho proceso dentro del período que señalamos, lo detenemos en el momento en que su urbanizada cada fracción de tierra resultante de la subdivisión o se es dividida en manzanas o fracciones de manzana librándose calles al tránsito público.

Para realizar el trabajo se han consultado los principales archivos de planos de mensura y de subdivisión existentes en la ciudad, comenzando por el Archivo Cartográfico de la Dirección de Topografía y Catastro de la Municipalidad de Rosario y siguiendo con los catálogos de planos y documentos existentes en las Facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias e Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario. El primero de los nombrados archivos que aún se conserva fue iniciado por el Agrimensor César Torriglia (hijo) y se conserva en el Instituto de Investigaciones Históricas de la referida Facultad; el segundo fue formado por los docentes Ingeniero Hugo Guggli y el Agrimensor Julio Albanese, integrante del Instituto de la Sección de Agrimensura Legal de la Escuela de Ingeniería Geográfica.

La consulta se extendió al ámbito del Archivo General de los Tribunales y del Registro General de la Propiedad de la Segunda Circunscripción Judicial. En el primer caso fueron motivo de especial atención los protocolos de las escrituras originantes otorgadas ante los alcaldes, jueces de paz y escribanos, que actuaron desde 1689 y, particularmente, durante el período de 1852 a 1894; en el segundo caso se consultaron los tomos de inscripción de dominios, especialmente los correspondientes al período 1895 a 1905. En ambas tareas contamos con la eficaz colaboración del Arqto. Pedro J. Vittori, fallecido en año último.

La circunstancia es propicia para expresar nuestro agradecimiento a aquellas personas que nos hicieron llegar sus observaciones y también útiles aportes: el señor Wladimir C. Mikielevich, Presidente de la Sociedad de Historia de Rosario, quien revisó, además, los originales, especialmente en los aspectos históricos de carácter general, y el Agrimensor César Torriglia (hijo), de vasta actuación profesional en nuestro medio, quien facilitó informes y documentación diversa de su archivo particular.

El trabajo de compilación cartográfica realizado por el autor refleja el estado de la división de la propiedad territorial hace un siglo y fue llevado al dibujo definitivo por el Dibujante Cartógrafo Osvaldo Montanari, de la Dirección de Topografía y Catastro de la Municipalidad de Rosario.

Cabe destacar finalmente el amplio apoyo brindado por el Señor Intendente Municipal, Profesor Rodolfo N. Ruggeri, e inmediatos colaboradores quienes, a través del Decreto N° 49495/74 han hecho posible concretar la presente edición.

Link para acceder el libro.

1809. Mapa de Félix de Azara

Mapa del Río de la Plata publicado por Félix de Azara en 1809

Félix de Azara y Perera nació en Huesca en 1742. Llegó a América en 1781 en el marco de una misión relacionada con su cargo de “alférez e ingeniero delineador de los ejércitos nacionales, plazas y fronteras”. Durante su larga permanencia en territorio americano (que se extendió a 20 años) Azara participó en la delimitación geográfica de la región del Brasil, en el reconocimiento de la costa septentrional, en la determinación de los límites del río Paraná, y dirigió la expedición que, partiendo de Buenos Aires, recorrió la extensa región de las Pampas para adelantar las fronteras hacia el Sur.


Información del documento

Author    

Azara, Felix de

Date    

1809

Short Title

IV. Partie de la provce. ou gouvt. de Buenos Ayres.

Publisher    

Dentu

Publisher Location    

Paris

Type    

Atlas Map

Obj Height cm

44

Obj Width cm    

60

Scale 1

1,940,000

Note    

Engrave folded map. Shows major rivers, cities and towns. Relief shown pictorially. Prime meridians: Paris.

Country    

Argentina

Country    

Buenos Aires (Argentina : Province)

Full Title

Partie de la provce. ou gouvt. de Buenos Ayres. (to accompany) Voyages dans l'Amerique meridonale, par Don Felix de Azara.1809.

List No

13381.008

Page No    

IV

Series No

8

Publication Author

Azara, Felix de

Pub Date

1809

Pub Title

Voyages dans l'Amerique meridonale, par Don Felix de Azara. Paris, Dentu, Imprimeur-Libraire, Rue du Pont-de-Lodi, No. 3. 1809.

Pub Note    

1 atlas in 4 volumes. Containing maps, plans and views, by Don Felix de Azara; from 1781 until 1801; ...

Pub List No

13381.000

Pub Type

Exploration Book

Pub Maps

25

Pub Height cm

32

Pub Width cm

27

Image No

13381008.jp2

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Authors    

Azara, Felix de

Para seguir leyendo:

Viajes por la América Meridional / por Dr. Félix de Azara; publicados con arreglo a los manuscritos del autor, con una noticia sobre su vida y sus escritos, por C.A. Walckenaer; enriquecidos con notas por G. Cuvier; traducida del francés por Francisco de las Barbas de Aragón Viajes por la América Meridional.

Actas de Cabildo

1720, conflicto con Buenos Aires

1720, conflicto con Buenos Aires

El 8 de abril de 1720, los apoderados de la ciudad de Santa Fe son notificados por el cabildo de las tareas que tienen pendientes, entre las cuales la del amojonamiento de términos entre la jurisdicción de esta ciudad y la de Buenos Aires. La cabecera de la gobernación, según el cabildo, pretendía ampliar su territorio hacia el norte, hasta el Arroyo de las Hermanas, y con esa pretensión envió un alcalde de la hermandad a ejecutar órdenes emanada del cabildo porteño en un territorio que correspondía al Paraje de los Arroyos. Este es uno de los actos del gobierno de Santa Fe que, implicando al pago de los Arroyos, se jalona con otras negociaciones que, al año siguiente, acabarán por fijar el “Arroyo del Medio” como linde entre las jurisdicciones de Buenos Aires y Santa Fe.


Transcripción del Documento

“[94] Señores apoderados = Este cavildo con la noticia qe Vmd le dieron en nueve de octubre del año prox;mo pasado qe pasavan a esa z iudad llamados del señor Govor para Informar del Rey sobre algunas cosas deste Real servicio les dio su poder paraq solicitasen su del*** la prosecución y conclucion delos negocios que tiene presentes en ese gov;no siendo los principales el de la divicion y mojonamto de terminos en qe pareze qe la ziudad de Buenos Ayres no solo se contenta con la tolerancia en lo que a poseido sino qe de nuevo pareze pretende ampliarse contra derecho el territorio de los arroyos y hermanas contra la practica y posecion qe se halla esta ziudad pues estos dias a benido un alcalde de hermandad de dha ziudad de Buenos Ayres a ejecutar siniestras comiciones de ese Cau;do en el mismo paraje de los dhos arroios sobre qe tubo diferencia con otro de esta ziudad que trajo de orden del Theniente gral. a Intimar un orden del Señor Gov;or a todos los bezinos qe distantes de el arroyo de las hermanas para aca sobre lo qe vno y otro Alcalde hizieron recurso a su señoría = No es de menor importancia y atención la litis pendiente sobre la accion y derecho qe esta ziudad tiene sobre los ganados zimarrones del Uruguay y rio negro la q vmd saven tenemos en la Real audiencia de este distrito y estamos amparados en ella por la Real provicion qe para este gov; no de qe hasta la fecha no sea podido hallar aquel testimonio y haze mucha falta por haverla presentado original con los autos de [94 v] la materia y quando entendimos del zelo de vmd que con si vida no solo en estto sino en todos los demas particulares qe se ofrezen respecto dela urgencia delas nezesidades en qe Vmds dejaron y semantiene esta Ziudad hubiesen solicitado su asistencia y el adelantamiento de las referidas dependencias haviendo llevado tan amplios poderes al cavo de tantos meses no solo carezemos de lo qe pensamos conseguir por medio de la actividad de Vmd sino qe estamos aun sin la mas leve noticia de haverse dado passo alguno en los as toqs a esta ziudad cuias rrazones nos aparecido poner en la consideracion de Vms para que nos saquen del cuidado en que nos tienen esta suspencion dando noticias a este cavildo del estado de los referidos negocios para qe sirviendonos de govierno apliquemos los medios qe hallaremos convenientes a la utilidad publica de esta ziudad pues no es bien qe teniendo lo mas andado como es en la posecion ynmemorial del termino y jurisdicción qe poseemos y en el amparo de las bacas del uruguay y rio negro qe tenemos por la real provicion sobre dha perdamos los dros tan [95] ejecutoriados por falta de agentes qe no soliciten establezer maiormente quando esta zivda d aun en el estado de su maior pobreza ocacionado de las asistencias de la guerra proveio a Vmd en su partida con ciento y diez y siette ps qe llevaron recevidos para estos gastos y clauzula obligatoria en el poder para obligarla en lo demas qe no alcanzase a cubrir la dha cantidad en cuya atención esperamos qe Vms correspondiendo por aora al buen zelo qe siempre han manifestado se sirvan continuar las diligencias qe sobre estos particulares hallaron por conbenientte y en casso necessario pedir y remitir a este cavildo los testimonios conbenientes para ocurrir donde le conbenga quedando esta ziudad para servir a Vms y rogando a nro señor les ge ma Santa fee y abrill diez y ocho de mil y settes y beinte años = MSMios = xxx de Vms sus servidores = Dn Juan Lo renzo García Ugarte = Andrés López Pintado = Joseph Troncoso y Sotomayor = Dn Ygnacio del Monxe = Antonio Marquez Montiel = Dn Melchor de Gaete = Thomas de Nozeda.

Concuerda ------- [tachado]

Nota: Por el testimonio adjunto beran Vms las expreciones qe ministra qe todas son favorables al dro deesta ziudad quien tiene en la confianza de qe quedara aclarado en esta ocasion mediante el empeño de sus apoderados = Ba cierto y verdadero este traslado y concuerda con la carta original de su contexto y se escrivio por la Señoría deeste Cav;do a sus apoderados

[v] y para qe conste lo autorizo y firmo por Ymposibilidad del Vnico esno = testado = concuerda con la carta original de su contexto = Firmas: Andres Lopez Pintado y testigos a ruego”

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1720-1725, el Sur también existe

1720 - 1725, el Sur también existe

Acta del cabildo de Santa Fe correspondiente al 8 de enero de 1725, donde el Capitán Francisco de Frías, recientemente designado alcalde de la hermandad, pide al cabildo orientación sobre la jurisdicción que le corresponde gobernar. Acta del Cabildo de Santa Fe – Archivo General de la Provincia de Santa Fe, Actas Capitulares, Tomo IX, ff. 75-76


El contexto de los años 1720 era complejo para la ciudad de Santa Fe: ese año, el procurador general Miguel de Layllosa hab ía acusado el impacto de una entrada de abipones y relacionaba la debilidad de la ciudad con los servicios prestados a la gobernación en Colonia del Sacramento.

A comienzos de julio de 1721, los vecinos no estaban seguros de poder sostener la ciudad y, en consecuencia, el cabildo comenzó a tratar la posibilidad de mudarla nuevamente. La mitad de los capitulares se hallaba en en el Perú o en el Paraguay y, en medio de un despoblamiento de más de cien vecinos (entre un cuarto y un tercio de los que tenía la ciudad) se cernía la amenaza de un nuevo traslado y se preparaba una expedición a la zona denominada “valle calchaquí”; mientr as tanto, como ya hemos visto, se consensuaba el límite con la jurisdicción de Buenos Aires en el Arroyo del Medio.

La continuidad de Santa Fe como ciudad viable estaba condicionada por lo que los criollos llamaban “seguridad” en las rutas fluviales y terrestres, la cual dependía de una pacificación –militarización punitiva contra los infieles– de las fronteras y a la estabilización de las comunidades cristianas y cristianizadas, mediante prácticas pastorales y evangelizadoras que parecían no haber sido eficaces, o al menos de una eficacia efímera. Hoy sabemos que la ciudad no se trasladó en esa coyuntura crítica pero también sabemos algo menos evidente: que la despoblación de los pagos del norte y del oeste fue un proceso intermitente e incompleto que activó migraciones de diferente tipo, desplazando gente hacia la frontera sur, provocando una mayor densidad demográfica y relacional en el área. Pero no solo el norte santafesino era objeto de la presi ón de abipones y mocovíes. El flanco oeste del joven pago de Coronda era francamente accesible para los grupos guaycurúes, que lo atacaron en 1714, 1719 y 1722. Después de esa secuencia, en 1723, los vecinos de la zona volvieron a manifestar a las autoridades de la ciudad su “ánimo de desertarla y desampararla”, como dice el documento.

Muchas de estas familias de Santa Fe y Coronda tomaron el camino del Sur, y algunas se asentaron en la jurisdicción del pago de los Arroyos

Darío G. Barriera y Miriam S. Moriconi

Para seguir leyendo:

Gobiernos y territorialidades: Coronda, de caserío a curato (Santa Fe, Gobernación y Obispado de Buenos Aires, 1660-1749) Investigación realizada con fondos del CONICET entre 2013 y 2015.

Documento que describe el asentamiento de las primeras poblaciones

1725, un alcalde que pregunta

Un alcalde que pregunta

Acta del cabildo de Santa Fe correspondiente al 8 de enero de 1725, donde el Capitán Francisco de Frías, recientemente designado alcalde de la hermandad, pide al cabildo orientación sobre la jurisdicción que le corresponde gobernar. Acta del Cabildo de Santa Fe – Archivo General de la Provincia de Santa Fe, Actas Capitulares, Tomo IX, ff. 218-220


En el acta del 1ero de enero, cuando generalmente se designaban las autoridades cadañeras (es decir, con un año de duración) para la ciudad de Santa Fe y sus campañas, puede observarse que se han nombrado, como cada año desde 1616, dos alcaldes de la hermandad: Francisco de Páez y Francisco de Frías.

Páez no parece tener ninguna duda sobre el área que le es confiada para su gobierno (los alcaldes de la hermandad eran jueces rurales que debían salir a “correr el partido” tratando de subsanar conflictos o administrar justicia en caso que fuera necesario). Sin embargo, el capitán Francisco de Frías – que, como todos sabemos hoy, había sido designado para el partido de los Arroyos – no tenía la misma sensación. Por este motivo, presentó un memorial diciend o al cuerpo que “ habiendo de salir a correr el partido y jurisdicción no tiene conocimiento del deslinde y hasta qué paraje llega la jurisdicción que se le otorga por expreso derecho...”

El hombre tenía que salir urgentemente a visitar las pulperías y hacer que se cumplieran los precios pero, para no meter la pata, necesitaba saber con más precisión el área.

Este es otro de los actos del gobierno de Santa Fe que implica al pago de los Arroyos aunque en este acta no se lo nombra. En ocasiones, el conocimien to histórico utiliza hechos posteriores para iluminar uno anterior que, como en este caso, es mezquino en precisiones – a tal punto que las solicitaba el propio protagonista de la designación –.

Texto y transcripción modernizada: D. G. B.

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Publicaciones

1925, año del bicentenario

1925, año del bicentenario

Texto presentado por el concejal Calixto Lassaga ante el H. Concejo Deliberante de Rosario para sustentar su propuesta de celebrar el 27 de febrero de 1925 como día del 2do centenario de Rosario.


Quizás todavía bajo el influjo de los festejos del bicentenario de la nación argentina (1910) y de la Provincia de Santa Fe (en 1915), después de los muy austeros festejos por el centenario de Rosario como “villa” (1923), el concejal de la ciudad de Rosario propuso que el 27 de febrero de 1925 se conmemorara el segundo centenario de su ciudad.

¿Quién era el concejal en cuestión?

Calixto Anacleto Lassaga nació en Rosario en 1857 y fue el sexto hijo de un matrimonio que pertenecía a lo más granado de la sociedad local. Su nombre de pila se repetía en su familia: así se llamaba su padre que, junto con su madre Agustina Carbonel, nombraron “Calixto” su tercer hijo –fallecido a los 8 meses de nacido– y también llevó este nombre uno de los hijos de su hermano mayor, Daniel Almanzor.

Comenzó Derecho en la Escuela de Derecho de Rosario y se graduó en la Universidad de Buenos Aires. Trabajó como profesor de Geografía e Historia en el Nacional 1 de Rosario y militó en la Unión Cívica. Durante el gobierno de Mariano Candioti fue vocal de la Cámara de Apelaciones de Rosario y, en 1900, presidió la Cámara de Apelaciones de Rosario en 1900. El gobernador Pedro Antonio Echagüe (1906-1910) no nombró ministro provincial de Gobierno, Justicia y Culto y en 1907 fue convencional para la reforma de la Constitución. Diputado nacional entre 1910 y 1914, Lassaga presidió también el Colegio de Abogados de Rosario (1917). Presidió el Instituto Nacional Sanmartiniano y escribió numerosos artículos reunidos en el “Libro de Oro”, con el que sus amigos conmemoraron los 90 años de su nacimiento. En 1933 fue el primero en proponer que se celebrara “el día de la bandera”.

Entre 1923 y 1924 fue miembro del Concejo Deliberante de Rosario por primera vez. En 1924, bajo la intendencia de Emilio Cardarelli –un abogado cordobés que había sido designado por el gobernador Enrique Mosca, ya que, por entonces, el cargo de intendente no era elegido por la ciudadanía rosarina–, Lassaga propuso que el 27 de febrero de 1925 se conmemorara el segundo centenario de la ciudad de Rosario.

Lassaga sostuvo la necesidad de esa celebración aunque reconociera que no pudo encontrar documentación que la acredite. Aunque había propuesto el 27 de febrero –para unir el bicentenario con otra fecha importante en la historia de la ciudad, la del primer izamiento de la bandera– cuestiones de calendario (su propuesta había sido presentada muy tarde en 1924–, la celebración terminó desplazándose a un período de varios días, entre el 4 y el 14 de octubre, coincidiendo finalmente con el calendario religioso, que celebra el 7 de octubre el día de la virgen del Rosario.

En ese momento, Rosario era una pujante ciudad que comenzaba a eclipsar económicamente a Santa Fe, aunque no tenía pergaminos para oponerle: a falta de una fundación, sus orígenes navegaban en una bruma entre algunos mitos y unas pocas certezas. Si bien nadie en la ciudad renegaba de las duras batallas ganadas contra los diferentes centralismos (y esto es en los hechos, porque en cuestiones de derecho, su autonomía tanto como la de su puerto y su aduana habían sido siempre duramente sancionadas), encontrar algo más que un mito de origen pareció necesario.

Como ha escrito Diego Roldán, su “reconstrucción histórica se orientaba a colmar una necesidad social” y su proyecto tenía más “espíritu festivo que rigor historiográfico”. Según este historiador, durante la preparación de los festejos se barajaron, además de la fecha del 27 de febrero, otras menos impactantes, pero también significativas: la del primer bautismo celebrado por un cura en el rosario (7 de mayo), el primer casamiento (7 de septiembre), o las más complicadas: 2 de diciembre –que había dado lugar al centenario de la declaración de “Ilustre y Fiel Villa”– o el 5 de agosto –día en que, durante el año 1854, Rosario había recibido efectivamente el título de ciudad–.

La pasión de Lassaga por la Historia no alcanzó de todos modos para que hiciera la investigación por mano propia. El por entonces presidente de la Junta de Historia y Numismática Americana (lo que hoy es la Academia Nacional de la Historia) filial Rosario no fue a Santa Fe personalmente a buscar los documentos que permitieran acreditar una supuesta fundación a manos de Francisco Godoy en 1725, sino que encargó copias de los documentos al director del Archivo Histórico de Santa Fe, Félix Barreto.

Lassaga se había basado en algunas consideraciones de Pedro Tuella y Mompesar, pero la documentación que debía respaldar su posición no apareció. Por una parte, es posible que haya errado el archivo donde envió a buscarlas (algo inexplicable a sabiendas de todo lo que Manuel Cervera había expuesto y publicado entre 1907 y 1909 sobre el fondo que obraba en los tribunales santafesinos, trabajo que Lassaga conocía bien). Por la otra, es posible que esa documentación, toda vez que era supuesta, no existiese en ningún otro.

Después del período que nos interesa, por su iniciativa en el Concejo, Lassaga volvió a ser concejal rosarino (1929-1932) y fue designado intendente entre los días 15 de febrero al 6 de marzo, y 3 de julio al 27 de diciembre de 1939.

Darío G. Barriera y Pablo E. Suárez

PROYECTO Y FUNDAMENTOS DEL Dr. CALIXTO LASSAGA

Orden del día Nº 1 del 11 de Marzo de 1924


Para saber más:

Sobre Calixto Lassaga, su iniciativa y las familias rosarinas de su época, consúltese Los Carbonel: un linaje comprometido con Rosario

El texto de Diego Roldán sobre la celebración del bicentenario está incluido en Instituciones, gobierno y territorio. Rosario, de la capilla al municipio (1725-1930), coordinado por Darío G. Barriera.

1802. Pedro Tuella y Mompesar

Relación histórica del Pueblo Jurisdicción del Rosario de los Arroyos, en el Gobierno de Santa Fe, Provincia de Buenos-Ayres


En el “Proyecto y fundamentos” que presentó al Concejo Municipal de Rosario el 11 de marzo de 1924 –documento número 1 de este conjunto–, el Dr. Calixto Lassaga aseguraba que el trabajo más antiguo que explicaba cómo se formó el pueblo del Rosario lo había publicado en 1802 don Pedro Tuella en el Telégrafo Mercantil, “primer periódico aparecido en Buenos Aires”, donde el oriundo de Aragón (España) aseguraba haber descubierto “el principio” de este pueblo en el año 1725, en medio de las luchas entre calchaquíes y guaycurúes, pobladores nativos de las zonas que se extienden al oeste y al noroeste de nuestro espacio litoral.

Según Tuella, recuperado por Lassaga, Francisco Godoy trajo a los guaycurúes por el Carcarañá y se instaló por aquí con ellos y su familia, seguido luego por su suegro, Nicolás Martínez. Fijado el “principio de este pueblo”, Tuella afirma que no estaba nada mal como elemento distintivo que, en sus orígenes, pudiera contarse a un personaje que tuviera el “ilustre apellido de Godoy”. Después de eso, Lassaga dice (todo cierto) que no tardaron en llegar más familias, que se creó un curato (fue en 1730), que se nombró cura del mismo a don Ambrosio Alzugarai, etc. Pero nada dice de una fundación.

Es Lassaga, entonces, quien intenta justificar a Tuella, diciendo que encuentra “aceptable por su verosimilitud” todo lo que dice, pero que reconoce las dificultades que pudo haber tenido en 1802 para sabre lo que había pasado en 1725, “ya que no disponía de prueba documental”.

Pedro Tuella había llegado al Rosario en 1759 (apenas 34 años después de 1725), entonces –prosigue– no sería difícil que algunos de los primeros pobladores o sus descendientes le hubiera contado algo. Lassaga hace una rendición de cuentas y, de lo publicado por Tuella, se queda con esto: que Godoy vino con su familia a establecerse en el sitio que ocupa nuestra ciudad; b) que Godoy trajo consigo una tribu de indios calchaquíes; que a Godoy lo siguió su suegro Martínez con la familia; y que no tardaron en venir otras familias. Su conclusión, no obstante, es sorpresiva para alguien tan familiarizado con la historia: todo esto, más la reiteración de la frase “hacia el año 1725 se descubre el principio de este pueblo”, sumado al reconocimiento de Godoy como un apellido ilustre (dice ahora Lassaga) alcanza para proclamarlo (a Godoy) como “fundador del Rosario”.

Más adelante, promediando el mismo documento, Lassaga casi discute consigo mismo cuando escribe: “Tratándose, pues, de la creación de un curato en 1730, en sitio en que existían ya poblaciones hacia 1725, pienso debe considerarse esta fecha y no aquella, como en la que ya existía un pueblo”.

Eso es 1725… una fecha en la que “ya existía un pueblo”, aunque no se hubiera fundado una ciudad. Ahora bien, si nuestro recorrido lo que pretende es estudiar ya no el origen de una celebración sino la historia profunda de Rosario, legítimamente podemos preguntarnos: ¿qué cosas pasaron en 1725 y por qué, aun cuando no haya habido una fundación, ese año es de todos modos importante para el pasado del espacio que hoy ocupa nuestra ciudad? 

Darío G. Barriera

Para saber más:

Sobre Pedro Tuella y Mompesar, sus cargos en Rosario y el contexto en el cual elaboró sus publicaciones para El telégrafo mercantil, véase Darío G. Barriera y Griselda Tarragó, Santa Fe hace 200 años (pág. 78).

1725. La virgen fundadora

La virgen fundadora

"Debido a la inexistencia de un acto fundacional, la entronización de la imagen de la virgen de Nuestra Señora del Rosa rio en la Capilla del Pago de los Arroyos, ha funcionado como hito en el relato instituyente de los orígenes de la actual ciudad de Rosario.

La historia local oficial abona decididamente este relato histórico. Las interpretaciones ofrecidas, las más divulgadas y las que concitan mayor consenso, se condicen con esas narrativas de los orígenes.

"Se sabe que la imagen apostada en la Catedral es la que llegó desde Cádiz recién el 3 de mayo de 1773, durante la gestión parroquial del cura Miguel de Escudero, aunq ue había sido realizada por encargo de su antecesor, el párroco Francisco de Cosío y Terán.

"Historiadores de oficio se han ocupado del tema, movidos por la pregunta sobre el destino de la primera imagen de la virgen, aquella enaltecida en la prístina Capi lla de los Arroyos.

"Se han reunido testimonios y pruebas documentales para abonar la hipótesis sobre que, la entregada al primer párroco Ambrosio de Alzugaray, sería la que está en guarda de una institución religiosa en la ciudad santafesina de Roldán. Para probar su autenticidad se practicó un estudio tomográfico helicoidal y radiográfico digitalizado de la imagen. Y para componer el relato histórico, el autor de La Imagen Olvidada —contador Miguel Chiarpenello— también apeló a la memoria de una descendiente de los Leiva, la familia de Coronda que aseguraba haber retenido la talla para poner a la virgen a resguardo de los indios. Perla Picabea Mori de Vitri, miembro de esta familia que Chiarpenello califica de honesta y patriótica, en 1983 la donó al Instituto Cristo Rey de la ciudad de Roldán.

"Como vemos, no se trata de falta de pruebas documentales ni de inconsistencia de datos fácticos. Por el contrario, si abordamos esos mismos datos distanciándonos del interés sobre el destino final, o de los debates sobre la autenticidad de una u otra imagen de las advocaciones marianas que circularon por esta región, es posible concentrarnos en los significados profundos que hay detrás de la persistencia en los usos de las imágenes sagradas."

Miriam Moriconi, en "Mujeres y dominación colonial", capítulo 5 de Historia de Santa Fe. Tomo I- La experiencia colonial, coordinado por D. G. Barriera. https://documentos.atesantafe.com.ar/historia-de-santa-fe/los-tomos

es la imagen de la virgen fundadora de Rosario tallada

Imagen: Virgen tallada en palo de yerba 

1814. Gervasio Posadas

Disposiciones generales sobre fundación de pueblos Buenos Aires, Setiembre 15 de 1814

es la imagen de documento que plantea las disposiciones generales sobre la fundación de pueblos


Transcripción del documento.

Disposiciones generales sobre fundación de pueblos

Buenos Aires, Setiembre 15 de 1814

Con motivo de haberme dirigido el Alcalde del Rosario un plan de arreglo para el fomento de la agricultura en la comprension de aquel partido, cuyas benéficas ideas han sido en gran parte alentadas por los recomendables del Cura párroco D. Tomás Gomensoro, y oído sobre el particular el dictamen de mi Consejo de Estado, mejorándose así el proyecto que se había presentado; movido siempre del ardiente deseo de hacer prosperar los establecimientos y pueblos de campaña en que consiste principalmente el nérvio del Estado, he venido en decretar los puntos siguientes:

Art 1º. Se señalará una de media legua cuadrada formando el rio precisamente uno de los costados del cuadro, y procurando quede la poblacion en el centro de este mismo lado que forma el rio. La figura cuadrada es preferida a la semicircular porque se dividir mas fácilmente en suertes iguales y regulares, resultando de aqui menos confusion de limites para lo sucesivo y mas comodidad en las subdivisiones de las propiedades, y últimamente porque de esta suerte quedará uniformado este pueblo al plan general de poblaciones de campaña y repartimiento de tierras de labor que se halla aprobado por el Gobierno

Art 2º. La mensura de las suertes que debe contener el cuadrado de tierras de labranza debe partir del centro de la plaza del mismo pueblo que servirá de mojonera comun, y que deberá señalarse además con un pilar ú otro monumento semejante y que sea firme y dificil de confundirse, cuya diligencia se practicará así mismo en los cuatro ángulos del terreno indicado. De este modo se evitarán los pleitos y disensiones sobre términos que son ahora tan comunes y perjudiciales a nuestros campos

Art 3º. No se alterarán en manera alguna las dimensiones que van señaladas para las suertes de tierras, aun cuando comprendan propiedades distintas; pues en tal serán recompensados los propietarios con equidad y justicia.

Art 4º. Hecha la division en suertes de cuatro cuadras cuadradas de à 150 varas dejando un camino espacioso ó principal que conduzca al pueblo de veinte varas de ancho cuando menos y además caminos menos principales que conduzcan á las suertes particulares se procederá al justiprecio de cada una de estas

Art 5º. Hecha esta operacion se publicará por bando que el terreno comprendido en el que cuadrado que va señalado está destinado exclusivamente para labranza y prohibido á los ganaderos mantener rodeos dentro de él, y á efecto de que puedan retirar sus ganados se les dará el término que se conceptúe preciso para verificarlo.

Art 6º. Al mismo tiempo se publicará la venta de las suertes comprendidas en terrenos realengos al precio establecido. Los propietarios que no quieran labrar las suertes que se hallen dentro terreno de labor serán obligados à venderlas ó arrendarlas á los precios corrientes y bajo condiciones ventajosas á los colones y que les aseguren para ellos y sus herederos la posesion la tierra y el precio de sus mejoras. Igual regla se guardará con los poseedores de suertes litigiosas.

Art 7º. Todos los nuevos compradores de suertes y los propietarios ó poseedores de ellas deberán ponerlas en labor precisamente, y establecer su apero de labranza y si pasados dos años no lo hubiesen hecho serán obligados á venderlos al mismo precio que ahora se señale todas á todas las suertes

Art 8º. Todo labrador, propietario, poseedor ó colono de las suertes de labor estará libre por diez años de pagar diezmos y primicias de los granos y legumbres que cosechase bajo de zanja ó cercado. Igualmente serán libres de diezmos los montes que se bajo de zanja ó cercado por el espacio de trece años y si fueren olivares por el de veinte y cinco.

Art 9º. Se formará una Comision compuesta del Alcalde, el Cura y dos vecinos hacendados en el Partido, la cual estará encargada de allanar las dificultades que puedan ofrecerse; facilitar los gastos necesarios para la mensura y proponer todas las mejoras que se crean útiles, y el Reglamento de Policia para el mejor órden de las labranzas y acertado repartimiento de las suertes, entendiéndose directamente con el Gobernador Intendente de la Provincia, quien me dirigirá por el Ministerio de Gobierno todas las representaciones que se hagan con este objeto y cuya resolucion esté fuera de sus facultades.

Art 10º. La ejecucion del proyecto y de las órdenes del Gobierno, pertenecerá esclusivamente al Juez territorial.

Art 11º. La realizacion del proyecto será considerada como un medio particularisimo al Cura Párroco para ser ascendido en su carrera, y á los demás miembros de la Comision para ser atendidos y considerados especialmente por el Gobierno, el cual se reserva el ir estendiendo á otros objetos igualmente útiles las funciones de esta honorifica Comision segun sea el resultado sus primeras operaciones.

Art 12º. Así mismo con arreglo al plan general de poblaciones, deberá proponer la Comision los arbitrios que crea mas convenientes para que sin grave perjuicios de los vecinos quede un terreno suficiente para las casas consistoriales cárcel y enterratorio. Mi Secretario de Estado en el Departamento de Gobierno queda encargado del cumplimiento del presente decreto, y por su conducto se comunicará á las autoridades a quienes compete su ejecucion, circulandose a todos los Gefes de Provincia para que en lo posible uniformen sus medidas á estas resoluciones en los parajes en se hallen en circunstancias semejantes, y publicándose en la Gaceta Ministerial para noticia de los habitantes de estas Provincias.

GERVASIO ANTONIO DE POSADAS

Nicolás de Herrera Secretario

Gaceta Num. 122 

Biblioteca

Biblioteca


"Actas del cabildo de la ciudad de Santa Fe"

Álvarez, Juan "Historia de Rosario. 1689-1939" EMR

Barriera, Darío G. y Tarragó, Griselda Santa Fe hace 200 años. Ed. La Capital, 2008

Barriera, Darío G. y Moriconi, Miriam S. Gobiernos y territorialidades: Coronda, de caserío a curato (Santa Fe, Gobernación y Obispado de Buenos Aires, 1660-1749)

Barriera, Darío G. "El equipamiento político del territorio. Del Pago de los Arroyos a la ciudad de Rosario (1725-1852)" en Instituciones, gobierno y territorio: Rosario, de la capilla al municipio: 1725- 1930

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Besse, Jean - Marc Les usages des cartes

Besse, Jean - Marc La sombra de las cosas. Sobre paisaje y geografía, 2010, Biblioteca Nueva, Madrid.

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Locatelli, Delfo Historia de la propiedad territorial en el municipio de Rosario. Rosario, 1974.

Tarragó, Griselda De la orilla del mar a la vera del río. Navegantes y comerciantes genoveses en el Plata y el Paraná (1820 -1860) Prohistoria, 2011.

Tarragó, Griselda; Caula, Elsa "Cuando el mañana era sólo desamparo: Comerciantes rioplatenses en tiempos de guerra. 1806-1820" en Prohistoria, AÑO VII Nº 7, 2003, pp.125-151. 

Censos y padrones

1738, un padrón de las campañas

1738, un padrón de las campañas

Documento: Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales de Santa Fe [DEEC, SF], Expedientes Civiles [EC], Tomo XXV, legajo 179.

En la nochebuena de 1734, un feroz incendio devastó el Real Alcázar de Madrid, sede de la familia Real y de la Corte. Felipe V ordenó levantar en su lugar un Palacio y, para sufragar los gastos de su fabricación, exigió contribuciones a todas las partes del cuerpo de la monarquía. Este artículo examina una de las miles de secuelas microscópicas desatadas por la Real Cédula firmada por Felipe V que ordenaba recaudar ese dinero: el empadronamiento de los habitantes ubicados en las campañas al sur de la ciudad de Santa Fe (gobernación del Río de la Plata, virreinato del Perú). Aquella voluntad de recaudación dio origen al primer “censo” de los pobladores del Pago de los Arroyos que aquí se presenta transcripto y, en el artículo que aparece vinculado, minuciosamente analizado.

Transcripción literal de Darío G. Barriera

Publicado en "Al territorio, por el camino de la memoria: dos jueces rurales evocan y listan a los habitantes de su jurisdicción y sus actividades económicas (Pago de los Arroyos, Santa Fe del Río de la Plata, 1738)" en Revista Mundo Agrario, vol. 15, nº 30, diciembre 2014. ISSN 1515-5994, Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Centro de Historia Argentina y Americana

“En la siudad de Santa Fe de la bera Cruz en 12 días del mes de noviembre de 1738, el sargento maior, Don Josehp de Benegas Alcalde de la santa ermanda; en ella y su guridision Muy Ilustre Gdor. que Dios guarde digo. Que con bista de autos de estas fogas que el Sr. Alcalde de segundo boto suministró para dar cumplimiento a lo dispuesto y acordado por los señores del Ilustre cabildo, y en atención a allarse presente el Sargento Maior Don Francisco de Frías acompañado para formar la nómina que se pide de los besinos moradores que tienen estansias pobladas en los ar[r]oios desta gurisdision y sin ser nesesario que para ello físicamente nos allemos en dichos ar[r]oios por la perisia que tenemos conpreendida la dicha gurisdision y sus abitadores y para que [134] tenga efecto la brevedad que por dicho auto se encarga. Prosedimos a la dicha nómina en la forma siguiente.

[al margen]

“Primeramente –

001 “la estansia del Capitán Esteban de Oroño y Lucas Quenca; que residen poblados juntos con casas cor[r]al y ganados maiores y menores”

002 “la estansia de JhP de Belgara; ausente; en que reside su ierno Franco. Lares; conta con mui corto numero de bacas lecheras y caballos=”

003 “la estansia de Lorenso Billarroel poblado con casa cor[r]al bacas y caballos=”

004 “estansia poblada; de Andres Gomes con labransas con mui corto numero de ganados maiores y menores=”

005 “Estansia de Grabiel Mansilla; concasa poblada; unas pocas lecheras y caballos =”

006 “La estansia del Capitán Antonio Ludueña, con estansia poblada, en ella, ganados maiores y menores –”

007 “Estansia de JPh de Billaroel; con casa y cor[r]al. Y un corto número de ganados maiores–”

008 “Estansia poblada de JPh Morales con casa cor[r]al y ganados maiores [y menores]”

009 “Estansia de Juan Monson ; [roto] [la] [v] bransa; con corto número de ganado menor”

010 “Estansia del Capitán Don Domingo [¿Olmos?] con casa, cor[r]ales, y cría de ieguas–“

011 “Estansia de Agustín Péres con casa y un corto número de ganado bacuno”

012 “Estansia de Don Francisco Aguilera, con casa, y ganados maiores”

013 “Estansia de Santiago Montenegro, con labransas y tráfico de car[r]etas y un corto número de ganado vacuno.¬–”

014 “Estansia de Pedro Montenegro, ausente, con algún corto número de ganado bacuno, con tráfico del comersio del Paraguai.”

015 “Estansia de los Gaitanes, Eusebio y […] sin mas que una tropilla de caballos, =”

016 “Estansia de Luis Farías, con casa, co[rto] número de bacas y caballos”

017 “Estansia de Thomas Gaioso, sin más que dos car[r]etas del [su] tráfico”

018 “Thomas Medina con casa y un corto número de lecheras y caballos”

019 “Bernardino Alsugarai con casa y algunos ganados”

020 “Estansia del Capitán Luis Moreira, con casa, y dos espesies de ganados maiores”

021 “Estansia de Juan Moreira con [135] cor[r]al y ganados maiores y menores”

022 “Estansia de JPh Morales el moso, con casa, cor[r]ales ganados maiores y menores-“

023 “Estansia de Agustín Medina, su rancho unas pocas lecheras y caballos–”

024 “Estansia de Juan de Mosquera y su ierno, Nicolás Mansilla, sus ranchos, labransas y caballos; –”

025 “Estansia de JPh y Miguel de Abalos con sus labransas, corto número de bacas y caballos; –”

026 “Estansia del Capn. Leonisio de Abalos, con casa, cor[r]al y un corto número de ganados maiores y menores –”

027 “Estansia de Gerónimo de Espíndola; con casa; labransas; y un corto número de ganados maiores y menores–”

028 “Estansia del Capitán Don Pedro Carballo, con casa; labransas; y un corto número de ganados maiores y menores–”

029 “Estansia de JPh de Saavedra; sus dos iernos, JPh Peres Geronimo Loas y un ijo mansebo, todos con un corto número de lecheras y caballos–”

030 “Estansia de Martín Leguisamo [roto, v] pocas lecheras y caballos”

031 “Estansia del Capitán Don Juan Gomes, […] con casas, labransas ganados maiores y menores–”

032 “Estansia de Roque Basualdo; con casa y un corto número de ganado bacuno y caballos–”

033 “Estansia de Pablo de Bera Pardo, poblada con casa, labransa, ganados, maiores y menores–”

034 “Estansia de Estanislao Figereo, con labransas y un corto número de ganados maiores–”

035 “Estansia de JPh de Aguilar, casa con labransa, ganado maior y menor–”

036 “Estansia de Luis Gomes, su rancho, corta labransa; y caballos–”

037 “Estansia de Carlos de Leguisamo; casa, labransa, corta. Caballos, y ieguas–”

038 “Estansia de JPh. Ramos, casa. Y un corto número de ganado bacuno–”

039 “Estansia del Capitán Pablo de Aguilar, con casa cor[r]al, sus labransas, y un corto número de ganados, maiores–”

040 “Estansia del Capitán Diego Monson; su ierno Tibursio Martínes, sus ranchos [136] labransas y ganados maiores–”

041 “Estansia de Juan Bautista Alzugarai, con un rancho y un corto número de ganados maiores–”

042 “Estansia de Esteban Gomes, sus dos iernos, Miguel de Espinosa y Gerónimo Serpa; con ranchos, labransas, ganados maiores y menores–”

043 “Estansia de Francisco Rodrigues Aguilera, casa; y cor[r]ales, y ganados maiores y menores y car[r]etas de su tráfico–”

044 “Estansia de Francisco Gomes, con casa; cor[r]al ganados maiores y menores–”

045 “Estansia de Pedro Pucheta, con un corto número de ganados maiores y menores–”

046 “Estansia del cordobés Andrés de tal; con ganados, maiores y menores, en corto número–”

047 “Estansia de Francisco Ramíres, con un corto número de ganados maiores–”

048 “Estansia de Antonio de Laensina [Lencina]; sus labransas, ganados maior y menor–”

049 “Estansia del Capitán JPh Albares, con casa; y un corto, número de ganado maior y menor.––”

050 “Juan JPh Taborda. Con un corto número de lecheras y caballos”

[v]

051 “Estansia del Capitán Pedro Gonsales, con ganados maiores, –

052 “Estansia de Ramón Franco, con ganados maiores y menores–

053 “Estansia de Domingo Ernandes, con un corto número, de ganado,––”

054 “Estansia del Capitán Pedró Gereros, con un corto, número de ganado––”

055 “Estansia del cabo de escuadra Luis Ludueña; y su entenado, Juan Ernandes; con ranchos, con corto número de ganados–”

056 “Estansia de Francisco Baldes, y su madre viuda; y su cuñado, Nicolás Godoi, quienes biben juntos, con corto número de ganado.––”

057 “Estansia del Capitán Falcon, con corto número, de ganado––”

058 “Estansia de Joseph Baldes, con corto número, de ganado––”

059 “Estansia de Miguel Ernandes, con corto número, de ganado––

060 “Estansia de Marcelo Jaime, con ganados maiores y menores–”

061 “Estansia de Andrés Rodrígues, con corto número, de ganado––”

062 “Estansia de Santos Ramos, con corto número, de ganado––”

063 “Estansia de Antonio Monteros, con corto número de ganados Su padre con car[r]etas de su tráfico, un par––”

064 “Estansia de Miguel Sena, con pocos animales y una car[r]eta de tráfico–”

065 “Estansia de Bartolo Morales, con pocos animales–”

066 “Estansia del Capitán Francisco Robleo [¿Robledo?], con ganados maiores y menores––”

067 “Estansia del Capitán Mateo Madera, con ganados maiores y menores––”

068 “Estansia del teniente Pablo Medina, con ganados maiores y menores––”

069 “Estansia del sargento mayor don Antonio Montiel, con ganados maiores y menores––”

070 “Estansia de Pedro Casco, con pocos ganados––”

071 “Estansia de Francisco Soraire, con poco ganado––”

072 “Estansia de Francisco Segobia, con poco ganado––”

073 “Estansia del Capitán Antonio Fernandes con corto número de ganado–”

074 “Estansia de Gerónimo Gomes, con ganados maiores y menores––”

075 “Estansia de Ramón de Olibera, con ganados maiores y menores––”

076 “Estansia de Agustín Caraballo, pardo libre, con corto número de ganado––”

077 “Estansia de Mateo Guardia, con ganados maiores y menores––”

078 “Estansia del Alferes Pablo Banega, con corto número de ganado bacuno y caballos––”

079 “Estansia de Santiago Guardia, con corto número de ganado bacuno, y caballos––”

080 “Estansia del Capitán Juan Gomes de Senturion; con sus labransas corto número de ganado y caballos––”

081 “Estansia ; Martín, Alegre con corta labransa; corto número de bacas y caballos––”

082 “Estansia del Sargento Maior don Alejo Altamirano. Con ganados maiores y menores––”

083 “Estansia del Capitán Juan de [¿Astrido?] con casas y cor[r]al ganados maiores y menores––”

084 “Estansia del Capitán Joaquín Sanchez, con corto número de ganado–”

085 “Estansia; del Capitán Antonio Salasar, ganados maiores y menores, y tropa y car[r]etas de su tráfico,–”

086 “Estansia de Lorenso Billareal con ganados maiores y menores en corto número––”

087 “Estansia de Usebio de Leiba, con ganado maior y menor en corto número––”

088 “Estansia de Florián de Mendoza con ganados maiores y menores en corto número––”

089 “Estansia del Sargento Maior Don Francisco Ximenes, con ganados maiores y menores y tropa de car[r]etas de su tráfico––”

090 “Estansia de la biuda del difunto Coronel, con mui corto número de ganado––”

091 “Estansia de Francisco Ar[r]uca, con ganados maiores y menores––”

092 “Estansia del Capitán Nicolás Cabral, con ganados maiores y menores y una taona cor[r]iente––”

093 “Estansia de Roque Espinosa, con ganados maiores y menores––”

094 “Estansia de Fernando Gomes, con corto número de ganado––”

095 “Estansia de Antonio Espinosa, con corto número de ganado––”

096 “Estansia de Damaso Espinosa, con corto número de ganado y caballos––”

097 “Estansia de Miguel Gomes, corto número de ganado bacuno y caballos––”

098 “Estansia de Juan Bautista Llan[…roto, v] que una cuadrilla de caballos de […] uio––”

099 “Estansia del Sargento Maior Don Pedro Asebedo, casa, cor[r]ales, con ganados maiores y menores y labransas––”

100 “Estansia de Gaspar Peres, con ganados maiores y menores y labranzas––”

101 “Estansia de Bentura Muños, con corto número de ganado maior y menor––”

102 “Estansia de Bartolo Galarsa, con ganado maior y menor en corto número––”

103 “Estansia de Antonio Biscara, con labransa tragin de car[r]etas ganados maiores y menores––”

104 “Estansia de Juan Tello y un ijo Gerónimo, entre ambos un corto número de ganados maiores y menores––”

105 “Estansia de Dionisio Indio, con labransas con ganados maiores y menores––”

106 “Estansia de Juan Ponse, con ganados maiores y menores––”

107 “Estansia de Diego Baldes, con ganados maiores y menores––”

108 “Estansia de Ugenio Arse, su ierno y su ijo, casados mantienen corto número de ganados maiores y menores––”

109 “Estansia de Lucas Pereira, y su [139] … Lusiano Farías su entenado Adrián de Irala, mantienen un corto número de ganados maiores y menores––”

110 “Estansia de Domingo Malagueño, con labransas y su cuadrilla de caballos––”

111 “Estansia del Capitán Bartolomé Arias, mantiene sus labransas y un corto número de ganados maiores y menores––”

112 “Estansia, de Juan Albares mantiene su cuadrilla de caballos––”

113 “Estansia del Capitán Bernardo Baca, mantiene una cuadrilla de caballos––”

114 “Estansia del Capitán Agustín Ramíres mantiene ganados maiores y menores–”

115 “Estansia del Capitán Joseph Gomes con sus labransas y un corto número de ganado bacuno––”

116 “Estansia de Juan García Ramíres, con sus labransas y un corto número de ganado maior y menor––”

117 “Estansia del aiudante Francisco Leguisamon con sus labransas y un corto número de ganado maior y menor––”

118 “Estansia del Capitán Don Inasio Cabrera con ganados maiores y menores––”

119 “Estansia de Don Juan de Alsugarai, con corto número de ganados––”

120 “Estansia de Don Rafael de Aguiar, en esta gurisdision, que tiene poblada, con ganado bacuno, y en ella misma, la de Antonio Ramos que mantiene un corto número de ganado bacuno y obeguno––”

121 “Estansia del maestre de campo, Don Manuel Masiel, poblada con ganados maiores y menores––”

“Por manera que segun parese, de la nomina son las estansias de los vesinos que tiene esta ciudad en su guridision la que parese sea concluido, mandose detallaban estos autos al Sr. Juez diputado del Ilustre Cabildo para que le conste Y lo firmé con dicho acompañante”

[rúbricas]

Joseph Benegas Francisco de Frías 

1816, un padrón del Rosario

1816, un padrón del Rosario

Individuos que habitan en el pueblo del Rosario de los Arroyos al mando del Alcalde de la Santa Hermandad Don Bernardino Moreno. Año de 1816, Archivo General de la Nación, AGN, X-8-10.

Uno de los primeros en mencionar este documento fue Eudoro Carrasco en sus Anales de la ciudad del Rosario de Santa Fé, con datos generales sobre historia argentina, 1527-1865 . Después del padrón de 1738, este es el primer recuento concienzudo de la población del pueblo del Rosario y su productor fue, nuevamente, el alcalde de la hermandad, es decir, su máxima autoridad de gobierno y justicia. Bernardino Moreno, tal su nombre, lo hizo en cumplimiento del artículo 1º de la sección 1º, capítulo 3º del Estatuto Provisional para el régimen y gobierno del Estado dictado por la Junta de Observación de 1815, que mandaba formar registro público de todos los habitantes de los territorios bajo su jurisdicción.

El documento fue analizado por varias colegas especialistas en la historia de la primera mitad del siglo XIX de nuestra ciudad (Hebe Viglione, María Eugenia Astiz, Vilma Bidut, Elsa Caula, Nora Liñán, entre otras) que han intentado rescatar de estas planillas manuscritas con datos organizados en ocho columnas, no solo la información de las personas (se escribe en ellas cuál era el lugar de nacimiento, la edad, la ocupación, el “estado y clase” así como su aparente adscripción étnica (pardos, morenos) de varones y mujeres.

Este padrón permite, entre otras cosas, comprobar que el pueblo del Rosario, como lo hemos mencionado en entradas anteriores, tenía un aspecto urbano: dividido en manzanas, sus casas fueron señaladas como base de viviendas familiares alrededor de las cuales se organiza el recuento. Por entonces una “casa”, como lo ha definido magníficamente Juan Carlos Garavaglia, era la unidad donde vivía no una familia nuclear, sino los que comían y dormían bajo los mismos techos y compartían la misma olla. Está claro que dentro de las casas había jerarquías y, como puede observarse, no faltaron en las casas de los rosarinos y las rosarinas de entonces, gente de servicio que en muchos casos eran designados directamente como esclavos –y en otros recibían otras denominaciones sencillamente por no tener esa condición jurídica–.

No debe esperarse de este padrón una taxonomía clara de acuerdo con nuestros criterios actuales, antes bien la pericia del alcalde estriba en que sencillamente anotaba lo que comprendía de las relaciones, dejándonos por lo tanto un variopinto registro de percepciones nativas (de la época) para mencionar las ocupaciones, el origen y la referenciación étnica de la gente que iba encontrando en cada casa.

Como lo señalan Garavaglia, pero también Viglione y Astiz, cuando un nombre va precedido de “don” o “doña”, está registrando la relevancia social que la persona registrada tenía en la comunidad en ese momento.

El orden del registro expresa, también, la relación con el centro del pueblo: al comienzo están las viviendas que rodean la plaza central (incluso la iglesia) y es por eso que, a medida que el registro avanza, encontramos menos oficiales militares, comerciantes y otros oficios considerados nobles y cada vez más peones, soldados y dependientes de todo tipo.

Darío G. Barriera

La transcripción que se comparte es la realizada por Viglione y Astiz, publicada en el Boletín de Genealogía de Rosario del año 2010.

Descargar transcripción

Para seguir leyendo:

Eudoro Carrasco, >Anales de la ciudad del Rosario de Santa Fé, con datos generales sobre historia argentina, 1527-1865, Peuser, Buenos Aires, 1897.

Hebe M. L. Viglione Arrastía y María Eugenia Astiz, “Padrón de Rosario del año 1816”, en Boletín de Genealogía de Rosario, núm. 7, Rosario, 2010.

Bidut, Vilma "Pueblo chico, infierno grande. Afectos, conflictos y violencia en la campaña sur santafesina 1820-1850" Prohistoria, 2008.

Bidut, Vilma; Caula, Elsa; Liñan, Nora "Las clases peligrosas y el buen vivir. Delincuentes en el Pago de los Arroyos. 1820-1850" en Avances del CESOR, AÑO 1 Nº 1 / Segundo semestre 1998 

Diarios de viajes y campañas

1812. Diario de campaña del General Belgrano

Diario de Marcha del General Manuel Belgrano del 1 de enero al 7 de febrero de 1812

En 1812 Belgrano es nombrado comandante del Ejército del Norte. Esa fuerza había sufrido duras derrotas en el año anterior de modo que la junta decidió encomendarle a uno de sus máximos referentes la nueva expedición que tenía el objetivo de controlar la avanzada que desde Lima venía realizando el ejército realista. En ese trayecto, el contingente pasó por Rosario arribando a la zona el 7 de febrero. Luego de aprestar las baterías Libertad e Independencia, el General Manuel Belgrano mandó a hacer una bandera celeste y blanca y luego presidió la ceremonia de jura. El documento en el que Belgrano explica ese momento es breve y sin rodeos.

Excmo. Señor: En este momento que son las 6 y 1/2 de la tarde se ha hecho la salva en la Batería de la Independencia, y queda con la dotación competente para los tres cañones que se han colocado, las municiones y la guarnición. He dispuesto para entusiasmar a las tropas, y estos habitantes, que se formas en todas aquellas, y les hablé en los términos de la copia que acompaño. Siendo preciso enarbolar Bandera, y no teniéndola la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional: espero que sea de la aprobación de V. E. Dios guarde a V. E. Muchos años, Rosario 27 de Febrero de 1812


Transcripción del documento

Comentado y anotado por el doctor Ernesto J. Fitte

Versión controlada con la publicación original por el doctor Miguel Carrillo Bascary

Después de abandonar Lujan, vi dos miserables villas, Areco y Arrecife; vi tres pequeños pueblos, San Pedro, San Nicolás y Rosario, cada uno con 500 ó 600 habitantes; vi un Convento llamado de San Lorenzo, que albergaba treinta frailes; y vi también ranchos de barro. Vi cardos más altos que un caballo con jinete; aquí y allí pocos trozos de algarrobo; pasto alto, innumerables ganados, alzados y mansos; gamas y avestruces retozando en la llanura; vizcachas barbadas saliendo en grupos, al caer el sol, de las mil cuevas que cortan el campo: ahora las zumbantes perdices volando de entre las patas de mi caballo; y luego el caparazonado armadillo apartándose aprisa del camino. De cuando en cuando se presentaba a mi vista el espléndido Paraná.

La población del Rosario está situada sobre una alta barranca a pique que domina el río, pero su ancha y diáfana superficie no era interrumpida por ningún barco; sus magníficas aguas corrían con toda majestad, pero con todo el aislamiento de la Naturaleza, por que aquí el hombre ha abandonado a ella casi todo. Vi una corriente de dos millas de ancho y diez pies de profundidad en el sitio que yo reconocí y ese lugar estaba a ciento ochenta millas de la boca en el Plata y dos mil de su origen. No hay catarata que impida la navegación; no hay salvajes que pretendan interrumpir el tráfico o que sea necesario arrojar de las orillas.

La tierra en ambas márgenes es tan fértil como la Naturaleza puede hacerla y no ofrece dificultades de piedras o bosques para ararla. El clima es de lo más saludable y el suelo ha estado en posesión tranquila de una potencia europea durante trescientos años. Sin embargo, todo era silencio como la tumba. Al considerar rápidamente estas circunstancias, la inteligencia se abisma al contemplar todo lo que el hombre ha dejado de hacer, allí donde la Naturaleza le dijo tan claramente lo mucho que él podría haber hecho. 

1814. John Robertson

Carta de John Parish Robertson

es la imagen de una pintura de un comerciante británico que trabajó en el puerto rosarino

William Parish Robertson 1794-circa 1850) y su hermano John (1792-1483) fueron comerciantes británicos que desarrollaron sus actividades en los años posteriores a la independencia, desempeñándose fundamentalmente en la región del litoral, llegando hasta el Paraguay. Su parentesco con Woodbine Parish, el primer cónsul británico en las Provincias Unidas del Río de la Plata, les permitió además, desarrollar actividades de tipo diplomático y tener una perspectiva amplia acerca de la situación política de la región. Durante su estadía dejaron constancia de sus viajes en una nutrida correspondencia que se convirtió en una fuente clásica y de referencia obligada para quienes investiguen ese momento de la historia argentina. Esas cartas fueron publicadas años después, cuando ambos hermanos regresaron a Europa.


Transcripción del documento

Después de abandonar Lujan, vi dos miserables villas, Areco y Arrecife; vi tres pequeños pueblos, San Pedro, San Nicolás y Rosario, cada uno con 500 ó 600 habitantes; vi un Convento llamado de San Lorenzo, que albergaba treinta frailes; y vi también ranchos de barro. Vi cardos más altos que un caballo con jinete; aquí y allí pocos trozos de algarrobo ; pasto alto, innumerables ganados, alzados y mansos; gamas y avestruces retozando en la llanura; vizcachas barbadas saliendo en grupos, al caer el sol, de las mil cuevas que cortan el campo: ahora las zumbantes perdices volando de entre las patas de mi caballo; y luego el caparazonado armadillo apartándose aprisa del camino. De cuando en cuando se presentaba a mi vista el espléndido Paraná. La población del Rosario está situada sobre una alta barranca a pique que domina el río, pero su ancha y diáfana superficie no era interrumpida por ningún barco; sus magníficas aguas corrían con toda majestad, pero con todo el aislamiento de la Naturaleza, por que aquí el hombre ha abandonado a ella casi todo. Vi una corriente de dos millas de ancho y diez pies de profundidad en el sitio que yo reconocí y ese lugar estaba a ciento ochenta millas de la boca en el Plata y dos mil de su origen. No hay catarata que impida la navegación; no hay salvajes que pretendan interrumpir el tráfico o que sea necesario arrojar de las orillas.

La tierra en ambas márgenes es tan fértil como la Naturaleza puede hacerla y no ofrece dificultades de piedras o bosques para ararla. El clima es de lo más saludable y el suelo ha estado en posesión tranquila de una potencia europea durante trescientos años. Sin embargo, todo era silencio como la tumba. Al considerar rápidamente estas circunstancias, la inteligencia se abisma al contemplar todo lo que el hombre ha dejado de hacer, allí donde la Naturaleza le dijo tan claramente lo mucho que él podría haber hecho.

Para seguir leyendo:

Robertson. W.P. y N. (Traducción de Carlos A. Aldao) La Argentina en los primeros años de la revolución

Deniri, Jorge Enrique Dos ingleses del siglo XIX en Corrientes: los Parish Robertson

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Dr. Darío G. Barriera

Dra. Miriam Moriconi

Lic. Guillermo Ferragutti

Lic. Pablo E. Suárez

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